Hoy el mar está oscuro y revuelto. Huele a salitre entre bofetadas de viento helador que duelen en la cara. Resulta difícil respirar. Resulta difícil apartar la mirada de esa masa de agua salada que va y viene enfurecida; se acerca impetuosa y se aleja sospechosa y amenazante. No hay lugar para una tregua, el movimiento continúa sin cesar en una marcha que resulta escalofriante y esperanzadora a la vez. Nada se para, todo continúa. Las olas van y vienen emulando el vaivén de la vida en el que la naturaleza te recuerda que, aunque a veces el mundo parezca pararse, la vida es una obra que no tiene entreactos.
Parece que a lo lejos quiere asomarse un haz le luz; quién sabe, quizás después de esto, haya algo más.
TRES ESTRELLAS EN EL MAR
lunes, 23 de febrero de 2015
martes, 27 de enero de 2015
Uno
El reloj marca la una; el tren ha llegado.
Maletas, abrigos andantes con sombrero, carritos de niños se mueven de un lado a otro en una danza frenética. Se escuchan saludos, besos y alguna que otra respiración contenida por la emoción. El ambiente huele a café y esperanza; a sentimientos de libertad e ilusión por aquello que vendrá. Resulta tentador recostarse en una esquina e imaginar las aventuras y desventuras que están en juego; deshilar cada mirada, cada roce de manos entre maleta y maleta. Observar sin ser visto. Analizar sin ser analizado. Jugar al oráculo que todo lo vaticina y dejarse embriagar escuchando la banda sonora de esta película que es la vida. Un día cualquiera en un lugar cualquiera.
Todo queda por delante. El reloj marca la una y diez; el tren ha marchado.
Maletas, abrigos andantes con sombrero, carritos de niños se mueven de un lado a otro en una danza frenética. Se escuchan saludos, besos y alguna que otra respiración contenida por la emoción. El ambiente huele a café y esperanza; a sentimientos de libertad e ilusión por aquello que vendrá. Resulta tentador recostarse en una esquina e imaginar las aventuras y desventuras que están en juego; deshilar cada mirada, cada roce de manos entre maleta y maleta. Observar sin ser visto. Analizar sin ser analizado. Jugar al oráculo que todo lo vaticina y dejarse embriagar escuchando la banda sonora de esta película que es la vida. Un día cualquiera en un lugar cualquiera.
Todo queda por delante. El reloj marca la una y diez; el tren ha marchado.
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